Este eléctrico alemán pretende ser más potente que cualquier Porsche de la historia
Porsche siempre ha sido especialista en redefinir sus propios límites, y este Taycan Turbo GT con el paquete Weissach es una declaración en toda regla. No es solo la versión más extrema del Taycan, sino también una reinterpretación de lo que puede ser un sedán eléctrico de altas prestaciones, convirtiéndose en el Porsche de calle más potente y extremos en la historia. A diferencia de otros modelos de la gama, aquí la prioridad no es solo el lujo absoluto, sino la eficacia y el desempeño puro en la pista. El apellido Weissach es la pista más clara: es la denominación que Porsche reserva para sus configuraciones más orientadas a circuito, y en este caso, su aplicación a un eléctrico es un mensaje directo a cualquiera que dude de su potencial.

El Turbo GT Weissach se reconoce de inmediato por su kit aerodinámico específico. El frente incorpora tomas más grandes y un splitter más pronunciado para mejorar la carga, mientras que la parte trasera está dominada por un alerón fijo de fibra de carbono, elemento clave de esta versión. El conjunto busca no solo aumentar la estabilidad a alta velocidad, sino también marcar distancia con cualquier otro Taycan. Incluso la zona inferior del auto está optimizada para el flujo de aire, con un difusor más grande y superficies carenadas. No es un Taycan con extra potencia –que de hecho no tiene–, es una máquina pensada desde su base para rodar rápido en pista y soportar esas exigencias.

Por dentro, la filosofía es igual de radical. El paquete Weissach prescinde de los asientos traseros para ahorrar peso y maximizar el espacio para el arnés y la jaula de seguridad opcional. El resultado es un habitáculo que sigue siendo reconocible como un Taycan en calidad y tecnología, pero con una atmósfera de auto de carreras. Los asientos de cubo tapizados en Race-Tex y con estructura de fibra de carbono de una pieza, sujetan con precisión y transmiten que aquí no se viene a pasear… ni a subir o bajar fácilmente. Los acabados siguen siendo impecables, con materiales de alto nivel y ensambles perfectos, aunque la eliminación de elementos de confort como la segunda fila deja claro que este es un Porsche para quienes entienden el sacrificio en nombre del rendimiento.

El cuadro de instrumentos digital y la interfaz central mantienen la disposición conocida del Taycan, con una respuesta rápida y menús claros. La diferencia es que en este Turbo GT las prioridades cambian: las pantallas resaltan parámetros clave para circuito como temperatura de batería, modo de gestión de energía o el cronómetro integrado. La posición de manejo es baja y perfecta, con un volante grueso, forrado en Race-Tex y con más botones especiales para ajustarlo mientras conducimos al límite.

La mecánica es el núcleo de esta experiencia. Con una potencia máxima que roza los 1,100 caballos –temporales– con la función overboost y tracción integral permanente, el Turbo GT Weissach no solo entrega cifras impresionantes, sino que las traduce en sensaciones físicas inmediatas. El arranque en modo Launch Control es brutal: la forma en que el auto transmite el par a las cuatro ruedas es directa, sin desfallecer en ningún momento. Lo más sorprendente es cómo sostiene la entrega en rectas largas, algo que muchos eléctricos aún no logran. Aquí, la batería y el sistema de refrigeración trabajan en conjunto para mantener el rendimiento constante, pero también es especialmente relevante en la caja automática de dos relaciones, muy poco común en autos eléctricos.

En pista, el Taycan Turbo GT Weissach se siente más ligero de lo que indican sus cifras en báscula. La dirección es directa y con un nivel de precisión que recuerda a los mejores 911, con la ventaja del reparto instantáneo de par eléctrico, lo que permite ajustar la trayectoria con mínimos movimientos. La suspensión adaptativa y el chasís revisado filtran lo justo: lo suficiente para absorber irregularidades del asfalto, pero sin perder comunicación. La puesta a punto es firme, deportiva, y en curvas rápidas el auto se mantiene completamente plano, transmitiendo una confianza inusual en un eléctrico de este tamaño.

El sistema de frenos está a la altura de las prestaciones. Con discos carbonocerámicos de gran diámetro y una mordida inicial contundente una vez calientes, las frenadas fuertes se sienten estables y sin fatiga alguna tras varias vueltas exigentes. La regeneración trabaja de forma integrada, ayudando a reducir la velocidad con naturalidad antes de que las pinzas entren en acción.
En carretera, sorprende que el Turbo GT Weissach conserve una cierta docilidad. Aunque la suspensión es dura, no resulta insoportable en un uso responsable. La insonorización es buena para un auto de este perfil, aunque en este caso el silencio del eléctrico se ve acompañado por un sonido artificial afinado para reforzar la experiencia, configurable según el modo de manejo, además de ruidos de piedras y rodadura debido al menor aislamiento acústico en los bajos para ayudar a ahorrar hasta 70 kg vs el GT “normal”. Eso sí, no hay que olvidar que es un coche concebido para correr, y en ciudad se siente sobrado en todo momento.

El consumo, como es de esperar, no es su prioridad, pero el sistema de gestión de energía permite aprovechar recorridos tranquilos para recuperar algo de autonomía. En condiciones mixtas, es posible rondar cifras razonables para un eléctrico de esta potencia, aunque la tentación de acelerar es constante.
El Taycan Turbo GT Weissach no pretende ser el Porsche eléctrico más versátil: su objetivo es ser el más rápido y emocionante en pista, y lo consigue con autoridad. Para quien busque un sedán eléctrico capaz de ofrecer tiempos de superdeportivo en pista y sensaciones puras de conducción, es difícil encontrar un rival directo. Porsche ha logrado que un vehículo de más de dos toneladas se sienta como una herramienta de precisión, y eso, en el mundo eléctrico, sigue siendo excepcional. Aun así, con fuerzas G que comienzan a ser difíciles de soportar sin entrenamiento de piloto, no dejamos de preguntarnos… ¿en verdad se necesita tanto? ¿habremos llegado ya al momento en que ir más rápido ya no se siente bien?… bah, quizá son pensamientos intrusivos de viejo tradicional… ¿o no?
FICHA TÉCNICA:

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