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El cambio político en México

8 julio, 2025 by William Abrego

Resulta interesante que al estar prácticamente destruida la democracia mexicana por el populismo autocrático del obradorato esté también, por muchos comentaristas, haciéndose un balance de lo que llaman “la transición democrática”, al recordar el 25 aniversario del triunfo de Vicente Fox a la Presidencia de la República. Creo que lo que se debería de hablar, en todo caso, es de la alternancia y no tanto de “transición”, en virtud de que desde las reformas por López Portillo y Jesús Reyes Heroles en 1977, México vivió un larguísimo proceso de liberalización política que impulsada por muchos actores tanto desde el poder, como la oposición partidista, organizaciones sindicales, políticas, de la sociedad civil, universitarios y hasta de grupos guerrilleros, etcétera, todos en diferentes formas y magnitudes impulsaron un cambio político en nuestro país para lograr una democracia constitucional.

Pero, ¿qué democracia o qué concepto de democracia entendía cada uno de esos actores?, esa es otra cosa y no es menor, ya que para algunos sólo la concebían como una forma de gobierno, o algunos otros la visualizaban como aquella donde a través de un proceso legal los ciudadanos acuden a votar de manera libre para elegir a los gobernantes y hasta ahí terminaba su participación, para que ejercieran el poder con su programa o propuestas hechas en campaña, con las que habían ganado de aquellos que sostenían que esa democracia habría de ser con absoluto respeto a la Constitución, que en su artículo tercero especifica que no solo debe de ser una forma de gobierno sino un sistema de vida, y eso entonces para muchos implicaba no solo hablar de una democracia liberal sino además que diera resultados concretos para elevar las condiciones de vida de la población; así otros en contraposición alegaban y alegan, creo, aunque no se deben de mezclar lo que sería desarrollo económico con política, discusión que, creo, se mantiene, o de aquellos que esquematizan la separación de poderes, un sistema de partidos, la representación plural en el Congreso, elecciones libres y libertad de expresión de manera más sobresaliente en sus componentes.

Ahora bien, el proceso de liberalización con sus muchísimas reformas legales fue como un largo camino de prueba y error que en cada proceso electoral se sacaba otra lección de qué había estado mal y se impulsaba otra reforma electoral por parte de la oposición, pero fue también la maduración de la sociedad civil que exigía cambios y desde los municipios venía modificando el mapa político para ir germinando a nivel nacional la exigencia de cambios políticos de mayor profundidad incluyendo en la vida interna de los partidos políticos.

Catástrofes de impacto nacional como el sismo de 1985 en el entonces Distrito Federal del país fueron catalizadores, ni duda cabe, para un despertar ciudadano y la formación de una mayor organización de la sociedad frente al pasmo y mala gestión gubernamental del desastre y tragedia del terremoto; pero también es el agotamiento de un modelo de desarrollo que no supo (como lo había venido haciendo desde décadas anteriores) transformarse conforme cambiaban las condiciones locales y con aquellos nuevos sujetos sociales que el propio desarrollo económico había parido, y que tenían nuevas demandas y exigencias que el régimen priista no supo responder como habían sido el movimiento estudiantil de 1968 y los grupos guerrilleros de los años setenta.

Pero también fueron los cambios operados en el contexto internacional y la hegemonía de un modelo económico que en el momento en que el que venía operando en México se hizo añicos y estalló la crisis económica y de las finanzas públicas en los años 80’s y se hizo necesario y urgente endeudarse, los organismos financieros internacionales impusieron al país nuevas medidas económicas, pero obvio también transiciones a la democracia en España, Argentina, Chile y Brasil influían en las exigencias de mayor democratización en México y tiempo después la caída “del muro de Berlín” como símbolo del fracaso del socialismo realmente existente abrió también ilusión de que la democracia liberal había triunfado absolutamente y definitivamente como única forma ya de gobierno posible en el mundo occidental.

Bajo esas condiciones es que se dio el cambio político en México, primero en lo local, después en 1997 cuando el PRI por primera vez en su historia perdió la mayoría en la Cámara de Diputados (que no en el Senado y por tanto, no podemos generalizar qué fue en el Congreso) y con la alternancia en el año 2000, había sí la posibilidad de un cambio de mayor profundidad democrática si se hubiera hecho una reforma del Estado como lo proponía Porfirio Muñoz Ledo, pero aquí es donde los actores políticos con nombre y apellido cobran relevancia y no los institutos políticos, como entes abstractos o hablar de inercias, etcétera, porque son los liderazgos de personas concretas con sus decisiones los que realmente son los responsables de que las cosas siguieran igual o cambiaran. Así mismo el modelo económico dejó como herencia una mayor desigualdad social que asociada en una cartelización de los partidos políticos, una corrupción de la clase política, mayor violencia e inseguridad y el empoderamiento de los cárteles de la droga por la corrupción de los gobernantes en los tres niveles de gobierno y de todos los partidos políticos crearon el caldo de cultivo para que un populista con una narrativa ante una población desencantada con la alternancia del año 2000 y la segunda oportunidad que se le había dado al PRI en 2012 votaran por López Obrador.

El largo proceso de cambio político en México dejó con todas las legislaciones de diferente calibre y una arquitectura institucional electoral producto de la desconfianza sobre todo de la oposición, también un sistema de partidos con mucho dinero que al parecer nunca ha sido suficiente para que dinero oscuro siga apareciendo hasta hoy en día en cada proceso electoral. Pero al final de cuentas se construyó una democracia, que defectuosa, que incompleta, que frágil, que corregible etcétera, pero una democracia al fin y al cabo que en los últimos siete años el obradorato ha destrozado para simultáneamente ir cimentando un régimen autocrático. Hoy hay un retroceso enorme en la vida democrática pero lo que habría que resaltar es que el cambio político que por largo tiempo construyó nuestra democracia, fue incapaz de generar una verdadera ciudadanía que defendiera los avances democráticos.

William Abrego
William Abrego

Soy William Abrego, me uní como ejecutivo de SEO y me abrí camino hasta el puesto de Gerente Asociado de Marketing Digital en 5 años en Prudour Pvt. Ltd. Tengo un conocimiento profundo de SEO en la página y fuera de la página, así como herramientas de marketing de contenido y diferentes estrategias de SEO para promover informes de investigación de mercado y monitorear el tráfico del sitio web, los resultados de búsqueda y el desarrollo de estrategias. Creo que soy el candidato adecuado para este perfil ya que tengo las habilidades y experiencia requeridas.

Enlace de origen : El cambio político en México

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