Financiamiento de la salud en México: repensando el modelo en el ‘segundo piso de la 4T’
Históricamente, México ha basado el financiamiento de su gasto total en salud en un porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), oscilando en los últimos años entre el 5.5 por ciento al 6.1 por ciento. Sin embargo, el gasto público en salud, aquel que se refiere exclusivamente al gasto realizado por el gobierno excluyendo al gasto privado, fluctúa en los últimos años entre el 2.76 por ciento y el 3.25 por ciento.
Si bien esta métrica facilita comparaciones internacionales y proporciona una referencia macroeconómica, falla al capturar las necesidades específicas y dinámicas de un sistema de salud. El ejemplo más claro es Estados Unidos, en donde se destina el 16 por ciento de su PIB a salud con resultados deficientes en la calidad de la atención médica (commonwealthfund.org). Caso contrario, Singapur, que lidera a los países con mejores sistemas de salud, invirtiendo sólo el 2.14 por ciento de su PIB en salud (Instituto Legatum 2023).
Tanto la Asociación Médica Británica (BMA 2023), y el Fondo Monetario Internacional (García y et al., 2022) coinciden con la postura de que el porcentaje del PIB destinado a salud es un indicador limitado, puesto que no considera otros factores que contribuyen a la salud de la población como son: el acceso, la cobertura y la calidad de los servicios. Entonces, ¿por qué seguimos aferrándonos a un método que claramente no responde a nuestras necesidades reales?
Ante estas limitaciones, la Metodología del Costo Médico-Técnico de Referencia (CMTR), recientemente publicada en la revista Salud Pública de México (Arroyave y cols. 2024), surge como una alternativa más adecuada para calcular el presupuesto real que debe destinarse a la salud.
Este enfoque se basa en un análisis detallado de los costos reales de diagnósticos y tratamientos, considerando insumos médicos, infraestructura y personal necesario para garantizar una atención de calidad en todos los niveles.
El CMTR ofrece múltiples ventajas sobre el porcentaje del PIB: precisión en la estimación de costos, proyección realista alineada con las demandas epidemiológicas y demográficas, así como una distribución de recursos basada en necesidades reales.
Los resultados obtenidos mediante esta metodología demuestran que el IMSS Bienestar -que actualmente tiene un presupuesto de 128 mil millones de pesos- enfrenta un déficit de 193 mil millones de pesos, evidenciando una brecha crítica en la financiación de 150 por ciento, la cual es necesaria para garantizar una cobertura adecuada y de calidad para la población sin seguridad social.
Por otra parte, el déficit que se tiene para incrementar del 3.25 al 3.87 del porcentaje del PIB como gasto público en todo el Sistema Nacional de Salud (de acuerdo con la metodología del CMRT) es de 174 mil mdp.
Con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a punto de presentar el Presupuesto de Egresos y su posterior ratificación en la Cámara de Diputados, se tendrá que incrementar el presupuesto en salud de forma significativa para cubrir estos déficits, si es que en verdad se quiere avanzar en la consolidación de un sistema de salud universal y financieramente sostenible.
Es crucial que los legisladores comprendan la magnitud del déficit y la importancia de adoptar metodologías precisas como el CMTR para asignar recursos de manera eficiente. Un presupuesto bien estructurado no solo cerrará la brecha financiera, sino que también garantizará una distribución equitativa y efectiva de los recursos, mejorando significativamente la calidad de vida de millones de mexicanos.
El financiamiento del sistema de salud en México no puede seguir realizándose con un gasto inercial basado en el PIB que perpetúa las deficiencias del pasado sin adaptarse a las demandas futuras. Aquí es donde la Metodología del Costo Médico-Técnico de Referencia ofrece una solución innovadora.
Es imperativo que los responsables políticos tomen decisiones informadas y estratégicas que reflejen las verdaderas necesidades del sistema de salud. Sólo mediante un análisis real del déficit financiero por el que atraviesa la totalidad del sistema de salud y la transparencia en el manejo de los recursos financieros, se podrá avanzar en el segundo piso de la salud de la Dra. Claudia Sheinbaum. De lo contrario, seguiremos sólo con la ‘numeralia’ que les gusta a ciertos funcionarios de la salud y que sólo ‘maquillan’ la apariencia de que avanzamos como el mejor sistema de salud del mundo.
El autor es analista en temas de salud, extitular de la Unidad de Atención Médica del IMSS.
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