Rogelio Segovia: Percepción de la gente sobre el empresariado

En los últimos meses, he compartido conversaciones en diferentes foros y espacios sobre la indiferencia social y comunitaria que aqueja a las personas. Sin embargo, esta indiferencia no es gratuita ni casual, es producto de un hartazgo, decepción y desilusión de nuestro entorno político. En las últimas tres décadas, México ha experimentado diferentes ideologías políticas a nivel nacional, con tres administraciones presidenciales que suman casi dieciocho años en el poder, y las cosas solo parecen empeorar cada vez más. A nivel local, en Nuevo León, las cosas no difieren mucho.
Es tal la decepción, la cual pesa como una losa, que aparenta que los ciudadanos han renunciado a cualquier esperanza de cambio. Pareciera que votamos no para construir un futuro mejor, sino para evitar perder lo poco que aún nos queda. Hoy en día, somos un país resignado, disfrazado de resiliencia y falso optimismo, con un escaso interés político.
Las personas que carecen de vínculos con la clase gobernante no se preocupan por las intrigas políticas. Su enfoque está en sobrevivir al día a día rutinario. Despiertan antes del alba, seis días a la semana, para caminar rumbo a la parada del camión. Ven pasar, cuando pasan, camiones llenos que no se detienen. Gastan hasta dos horas de trayecto en unidades sucias, incómodas e inseguras. Después de un turno de ocho horas (soportando a un supervisor con el mismo nivel de frustración y hastío) emprenden el trayecto de regreso en las mismas condiciones que el viaje de ida.
Ante la percepción de que la clase política solo se preocupan por sus propios intereses, a veces incluso egoístas; ¿los empresarios se preocupan por sus empleados?
Precisamente, para entender esto, desde hace algunos años el Centro Eugenio Garza Sada, a través de la iniciativa Capitalismo Social, lleva a cabo la Encuesta de Percepción del Empresariado y el Capitalismo (EPEC), la cual mide la opinión pública sobre el sector privado. En un entorno político como el que recién he descrito, el actuar de las empresas y sus dueños cobra mayor relevancia por su capacidad de generar riqueza y movilidad social.
Entonces, las personas, de acuerdo a la EPEC, ¿tienen una buena opinión de las empresas y los empresarios? En términos generales sí, pero con ciertas reservas. Es decir, reconocen el interés en crear empleos y promover el desarrollo económico, pero aún tienen dudas en su interés en reducir la desigualdad, en su preocupación por los empleados, o por combatir la contaminación.
La opinión sobre los empresarios por parte de la ciudadanía se mantiene positiva desde 2020, primer año en que se llevó este ejercicio; pero la EPEC refleja las marcadas diferencias sociales y culturales (desde una perspectiva laboral) de nuestro país. Mientras que la opinión sobre el empresariado en ciudades del norte (Monterrey, Chihuahua y de la Comarca Lagunera) es muy positiva, con niveles de hasta un 90 %, el centro y occidente del País es relativamente baja (con un 54 % en Ciudad de México y un 53 % en Guadalajara).
La tarea para los empresarios no es sencilla, ya que contrario al contexto histórico en donde muchos se formaron, es decir, en la corriente de pensamiento de Milton Friedman, que sostenía que la responsabilidad social de los empresarios es aumentar sus ganancias (y que hoy escandalizaría casi a cualquiera) en la actualidad la expectativa de la gente es que el empresariado debe involucrarse en solucionar problemas públicos (70 % a nivel nacional). Específicamente, en mejores salarios, cuidado del medioambiente, oportunidades a mujeres y combate a la corrupción.
Los empresarios aún tienen un reto mayúsculo en su actuar si no quieren terminar, en la percepción de la gente, igual que la clase política del País (un 42 % confía en el gobierno, versus un 49 % en el empresariado, muy lejos de la confianza en los maestros con el 69 %). La EPEC muestra una tendencia que indica que a medida que el tamaño de la empresa aumenta, también lo hace la percepción de la probabilidad de cometer actos de corrupción, y que tan solo un 51 % considera que sí pagan impuestos.
Aún queda mucho por hacer.
Epílogo.— Bajo el lema “Despertar lo cambia todo”, el Tec de Monterrey celebró la entrega del Premio Mujer Tec 2024. Diecisiete mujeres y un grupo estudiantil recibieron premios por sus logros en diversas áreas. Zinia Padilla, directora de Cultura Institucional, resaltó la influencia positiva de las ganadoras y comentó que “al conocer las historias de cada ganadora, nos dimos cuenta de la importancia de su trabajo en las comunidades en las que inciden. Sus iniciativas y proyectos de alto impacto han dejado una huella trascendental que contribuye a cerrar las brechas de género y romper los techos de cristal”.
El autor es Doctor en Filosofía, fundador de Human Leader, Socio-Director de Think Talent, y Profesor de Cátedra del ITESM.
Contacto: rogelio.segovia@thinktalent.mx

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